New Orleans, LA – Quienes operan el 911 están preparados para brindar primeros auxilios telefónicos en las emergencias más frecuentes y salvaguardar la vida de quien necesita ayuda, mientras llegan al lugar los servicios de auxilio. Pero si tu emergencia es en la ciudad de Nueva Orleans, solicitar ayuda puede volverse una pesadilla. Así fue la experiencia de Arquímides Díaz, un joven de 27 años de edad, originario de Guerrero, México. 

El 13 de agosto de 2022 Díaz fue víctima de la violencia en la ciudad de Nueva Orleans. Como resultado de ese ataque ahora se encuentra con una discapacidad física de por vida, en una silla de ruedas, sin poder recibir fisioterapia por no contar con un seguro médico y con el trauma de no poder confiar en los servicios de emergencia. “Estaba en el interior de mi carro en las afueras de mi apartamento haciendo una videollamada con mi novia después de haber regresado de mi jornada de trabajo, a eso de las 10:50 pm, y de repente un sujeto se acercó, intentó romper la ventana del carro y empezó a disparar”, relata Díaz.   

La primera reacción al verse herido por el impacto de bala fue llamar al servicio de emergencias 911 de la parroquia de Nueva Orleans, llamada que fue transferida al servicio de intérpretes de la compañía Voiance, y, a pesar que reiteradamente expuso su situación, el no recordar su dirección de domicilio—porque tenía sólo dos semanas de haberse mudado—jugó en su contra. “No sé mi dirección, necesito ayuda, estoy herido, pueden rastrear mi ubicación, por favor”, se escucha en la grabación que fue proporcionada a la víctima por el reportero Andrés Fuentes, de la televisora local Fox 8, quien sacó a la luz la historia de este joven inmigrante. Por el hecho de no hablar inglés, la llamada de Díaz fue tomada por el intérprete como “una falsa emergencia”, dejando al criterio del encargado del 911 la decisión final.

En este departamento prevalece más “la evidencia que la emergencia” dijo el director del Distrito de Comunicaciones de la Parroquia de Orleans (OPCD, por sus siglas en inglés), Tyrell Morris, durante su audiencia ante la presidenta del concejo de la ciudad, Helena Moreno, tras que el caso se hiciera público.

El reporte publicado por la oficina del director Morris dice que en el año 2022 recibieron un total de 1.2 millones de llamadas de emergencia de las cuales sólo 5,396 eran de personas que no hablan inglés y se jactó que su programa —que cuenta con sólo una persona bilingüe la cual no se le permite asistir en español a las víctimas — es exitoso. Además, justifica esta medida al hecho de que por el tamaño de su organización es imposible tener un intérprete para cada lengua en la que llaman. Sin embargo, una sola denuncia de un mal servicio basta para poner en tela de juicio lo declarado por Morris. Para este funcionario, suplir la necesidad de personal bilingüe que pueda ser de ayuda entre los servicios de interpretación y una situación de emergencia no es una prioridad. 

Ante lo ocurrido, es claro que se necesita una mayor inversión en servicios de interpretación capacitados para responder de manera empática y eficiente durante una emergencia. Independientemente de cuántas personas necesiten servicios de interpretación, la ausencia de personal capacitado es una cuestión de vida o muerte.

La barrera del lenguaje es una de las problemáticas que cientos de personas migrantes enfrentan para acceder a servicios esenciales, programas y asistencia de gobierno, asesoría legal y salud pública. De ahí, que el acceso lingüístico, y el derecho a tener un intérprete sea uno de los derechos fundamentales. 

Nueva Orleans puede aprender del liderazgo de la ciudad de Los Ángeles, que está logrando avances para garantizar que comunidades migrantes indígenas —que generalmente no hablan inglés, ni español sino su lengua madre—tengan acceso a servicios de interpretación que garanticen su seguridad, bienestar y participación en la sociedad. Liderando este esfuerzo está la organización comunitaria Comunidades Indígenas en Liderazgo (CIELO), que además de abogar por los derechos lingüísticos de las poblaciones indígenas, ha desarrollado programas de visibilidad y de concientización, uno de ellos de la mano de la Policía de Los Ángeles (LAPD). 

El programa de concientización cultural también entabla un diálogo con líderes comunitarios y policías para discutir las barreras culturales, lingüísticas y sociales que enfrentan las comunidades indígenas en Los Ángeles. La capacitación en concientización cultural junto con el uso de la tarjeta de acceso al idioma juegan un papel clave en la creación de un acceso equitativo para los hablantes de idiomas indígenas en una ciudad tan diversa lingüísticamente como Los Ángeles.

Este programa incluye una versión actualizada de las tarjetas de idioma indígena de LAPD, una herramienta desarrollada para ayudar a los oficiales a identificar un idioma indígena durante el contacto con el público de varias regiones indígenas. Esta tarjeta ayuda al personal de LAPD a proporcionar una comunicación adecuada y efectiva durante el contacto con miembros de la comunidad que no hablan inglés o hablan inglés limitado.

“Esta iniciativa tiene como objetivo educar a las organizaciones de servicios clave y mantener abiertas las líneas de comunicación, con la esperanza de aumentar la conciencia y reducir las injusticias sociales creadas por las barreras del idioma”, dice Odilia Romero, cofundadora y directora ejecutiva de CIELO.“Los Ángeles tiene la segunda población con mayor diversidad lingüística en la nación. Esto incluye muchos idiomas indígenas, por lo que este programa es muy importante porque ayuda a superar las barreras de comunicación para muchos pueblos indígenas establecidos en Los Ángeles y para acceder a los servicios públicos que necesitan”, agrega Aurora Pedro, gerente del Centro de Lenguas Indígenas y Poder (CILP) de CIELO.

Al igual que Los Ángeles, la ciudad de Nueva Orleans también se compone de diversas comunidades, muchas de las cuales hablan una variedad de idiomas y dialectos. No priorizar servicios de interpretación a personas que no hablan inglés y que necesitan servicios de emergencia es negarle al 8.55% de la población el derecho a la seguridad y la garantía de su bienestar. 

Organizaciones como CIELO demuestran que es posible construir relaciones entre servidores públicos y comunidades cuyo primer idioma no es el inglés. Este esfuerzo es necesario para garantizar que todas las personas que habitan en Nueva Orleans, independientemente de su estatus migratorio o idioma materno, puedan vivir con la tranquilidad de saber que si necesitan ayuda durante una emergencia, podrán solicitarla y recibirla.

*Brenda Murphy nació en San Pedro Sula, Honduras, país en el cual obtuvo una Licenciatura en Periodismo. Migró a Estados Unidos en 1996. En 2004 fundó el periódico Jambalaya News Louisiana. Es fundadora y presidenta de Murphy Education and Sports Foundation, que se enfoca en brindar educación deportiva y ayuda escolar a familias de bajos ingresos. Es miembro de la Junta Directiva de Familia Unidas en Acción, una organización de base que apoya a las personas migrantes en el área de Nueva Orleans.